A pesar de que Adam (William Hurt) y Mary (Isabella Rossellini) se aman, de repente, deciden separarse. No son una pareja de jovencitos, tienen más de sesenta años, una edad que les permite compaginar eficazmente sus relaciones con hijos, nietos, trabajo y amigos. Pero, de repente, ambos descubren que ya han entrado en la vejez.