Peter y Erika son un matrimonio feliz. Él es un hombre atento y generoso que se desvive por los demás. Le construye una casa a sus padres y, a cambio, éstos lo dejan sin vivienda y sin trabajo, mudándose precipitadamente después de vender el negocio familiar y la casa. Él y Erika deciden entonces trasladarse a Munich, donde Peter, obsesionado por demostrar su amor a su esposa, que lo quiere incondicionalmente, se va endeudando poco a poco.